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El speedwatching en adolescentes: un análisis de sus implicaciones en el aprendizaje

Son las 7:45 de la mañana de un lunes cualquiera. El tiempo ha volado y debes llegar a la oficina. Tu mamá te envía un audio por WhatsApp. Lo activas y te das cuenta de que el mensaje trata sobre la novela que vieron anoche. Para cumplir con escucharla sin retrasarte, decides aumentar la velocidad de reproducción. Aunque esta práctica es ocasional en los adultos, entre los adolescentes se ha vuelto una tendencia sostenida: el speedwatching. Este término hace referencia al consumo de contenidos audiovisuales a una velocidad mayor a la habitual. Aunque puede parecer una forma eficaz de optimizar el tiempo, sus implicaciones en el desarrollo cognitivo y el aprendizaje merecen una reflexión profunda.

El speedwatching les permite a los adolescentes ajustar el ritmo de consumo a sus necesidades individuales. Algunos lo utilizan para repasar materiales educativos, explorar temas de interés o mantenerse al día con sus series favoritas. Sin embargo, la constante aceleración de los contenidos audiovisuales puede tener consecuencias negativas en su proceso de aprendizaje. Al aumentar la velocidad de reproducción, se reduce el tiempo necesario para procesar y comprender a fondo la información. Esto puede llevar a una asimilación superficial, dificultar la retención a largo plazo y limitar la capacidad de analizar críticamente lo visto o escuchado.

Además, la exposición constante a este ritmo acelerado puede afectar habilidades clave como la concentración y la atención sostenida, esenciales para reflexionar sobre el contenido. En el largo plazo, esto podría obstaculizar el desarrollo de capacidades cognitivas superiores como la creatividad, la resolución de problemas y el pensamiento crítico. Esta práctica también está vinculada a la ansiedad por el FOMO (fear of missing out), un concepto que describe el miedo a quedarse fuera de eventos interesantes o conversaciones relevantes, muchas veces alimentado por las redes sociales. Esta sensación puede generar preocupación constante y aumentar los niveles de estrés en los adolescentes.

El acceso a plataformas de streaming como Netflix, HBO, Amazon Prime Video, Spotify o YouTube ha multiplicado la oferta de contenido, lo que muchas veces abruma a los usuarios. La lista de pendientes parece interminable, y aumentar la velocidad se percibe como una solución para «ganar tiempo». Sin embargo, el costo de esta práctica no siempre es evidente a corto plazo. Para equilibrar sus beneficios con sus riesgos, es necesario adoptar estrategias que promuevan un consumo saludable de tecnologías digitales.

Es fundamental que los padres y educadores fomenten en los adolescentes hábitos que favorezcan una comprensión profunda de los contenidos. Esto incluye incentivar la lectura pausada, enseñarles a analizar la información y promover espacios para la reflexión. Por ejemplo, pueden animarlos a alternar el consumo de videos con actividades fuera de pantalla que estimulen su pensamiento crítico, como debates, escritura creativa o proyectos colaborativos. Asimismo, es importante limitar el uso excesivo de tecnologías durante largos periodos y acompañarlos en la selección de contenidos de calidad.

El speedwatching es un fenómeno que refleja cómo la tecnología está transformando las formas de aprendizaje y entretenimiento. Aunque ofrece ventajas en ciertos contextos, su uso excesivo puede comprometer el desarrollo integral de los adolescentes. Por ello, es crucial que padres, educadores y los mismos jóvenes adopten un enfoque consciente y equilibrado que priorice un aprendizaje significativo y duradero. Solo así podrán aprovechar las oportunidades que brindan las tecnologías sin sacrificar las habilidades esenciales para su futuro.