Una vez que has decidido qué información o actividades contendrá tu material educativo, piensas: ¿cómo lo presentaré? ¿Cuál será la distribución de los elementos en cada página? ¿Qué criterios debo tener en cuenta? Ante la falta de respuesta a una o más de estas preguntas, igual continúas con la elaboración del material educativo, poniéndole mucho esfuerzo, pero sin la certeza de haberlo presentado de la mejor manera.
Este asunto, aunque parezca algo secundario y sin mayor importancia, en realidad, no lo es, ya que puede afectar a la claridad en la transmisión del contenido y, por lo tanto, afectar la comprensión de la información o el desarrollo de las actividades por parte de los estudiantes. Por más que se haya puesto mucho esfuerzo en presentar un contenido interesante o actividades novedosas, esto puede verse entorpecido por no saber cómo presentarlo.
A continuación, se brindan algunos criterios que es importante tener en cuenta al momento de disponer los elementos en una página.
La jerarquización
Es importante determinar cuál será la jerarquía de los títulos y subtítulos del material educativo. Esto va a ayudar a que tus lectores comprendan cómo ha sido organizado el material y a guiarlos durante la lectura. De esta manera, comprenderán también qué información se relacionan con otra y así no habrá títulos perdidos que no se saben a dónde corresponden ni cuál es su jerarquía dentro del contenido.
Para ello, lo primero que se debe hacer es determinar cuántos niveles de jerarquía se necesitarán para la presentación del material. Como recomendación general, se sugiere no emplear demasiados niveles de jerarquía, ya que esto puede hacerlo algo confuso. Si es posible presentar el contenido con dos niveles de jerarquía, debe hacerse de esta manera y no crear subniveles de manera innecesaria. Los niveles de jerarquía se crearán solo cuando sea necesario.
Luego de haber determinado los niveles de jerarquía necesarios, se les debe dar un estilo que permita diferenciarlos a simple vista. Para ello, se emplearán resaltes y distintos tamaños de tipografía. Para no olvidar lo que has determinado, puedes plasmarlo en un documento que contenga estas jerarquías. Observa el ejemplo:
El espacio en blanco
Los espacios en blanco en el texto son importantes para ofrecer a los lectores una página limpia que contenga la información necesaria y no un exceso de información amontonada que podría haberse distribuido de un modo más eficiente.
Tener afán por llenar todos los espacios en blanco con cajas de información e imágenes no siempre necesarias será poco estético y lo hará poco atractivo para los lectores, quienes se encontrarán con un material saturado de contenido.
Se recomienda colocar la información necesaria y distribuirla con orden, haciendo uso de interlineados. Si se tiene espacio a los lados y no es necesario el uso de una imagen, este se debe dejar y continuar con las actividades o información en las líneas siguientes.
La agrupación
Los elementos de la página que tengan relación deberían agruparse, es decir, tener mayor proximidad entre sí y estar más alejados de aquellos elementos con los que no se relacionen.
Si, por ejemplo, estamos presentando actividades, se le puede dar un interlineado mayor entre cada actividad para separar todos los elementos que le corresponden a una actividad de otra. De esa manera, los elementos que le corresponden a una actividad quedarán más próximos entre sí y con mayor distancia de los elementos correspondientes a otra actividad.
Dentro de la agrupación, también es importante tener en cuenta la alineación. Elementos como las imágenes y cajas con información complementaria vinculadas a una determinada parte del contenido deben ir alineadas con este para que se vea ordenado y se haga evidente su relación. A continuación, se presentarán un ejemplo con texto simulado:
La uniformidad
Este criterio, que ya se ha mencionado en más de una oportunidad, también es importante al momento de componer la página y distribuir los elementos.
Lo que se haya establecido respecto al manejo de los criterios anteriores para una página debe mantenerse uniforme para todo el material que estamos elaborando. Esto quiere decir que si, por ejemplo, hemos determinado unas determinadas características para los niveles de títulos (tamaño y resalte), este debe usarse de manera uniforme en todo el material.
Esto mismo ocurrirá con otras características, como el interlineado y el tamaño de las imágenes que se van a emplear. También con el criterio para el manejo de los espacios en blanco.